En el período de
1863 a 1871 comenzó el primer torneo oficial, la FA Cup. Fueron invitados los representantes de otras ciudades
para discutir la nueva normativa y unificar los criterios.
El partido
Londres-Sheffield aseguró el número de jugadores en los equipos y 90 minutos de
tiempo de juego para el futuro, luego se tomaron otras medidas que fueron fundamentales
para la evolución de las reglas.
A sugerencia de Sheffield,
el gol se complementó con un larguero (al principio era solo una cuerda que se
usó en la primera final de la FA Cup el 16 de marzo de 1872), y se introdujeron
un tiro libre y saques de esquina. El portero, según las reglas modificadas,
era la defensa más cercano a la portería.
En 1871, la
Asociación de Fútbol estuvo de acuerdo con las opiniones de los clubes y agregó
una cláusula a las reglas que se convirtió en clave:
El portero es el
único jugador que tiene libertad para usar sus manos para defender su portería.
Al principio, no solo podía tocar la pelota con las manos en cualquier parte de
su mitad del campo, sino también llegar a la línea central, golpeándola como un
jugador de baloncesto. Esta oportunidad desapareció en 1912, cuando todos los privilegios
del portero se limitaron al área de penalti formada para determinar cuándo se
otorgaba el penalti.
Esta decisión
estuvo influenciada por dos eventos:
- Un episodio
inusual ocurrió en Glasgow en 1910, el portero de Turd Lanark, Jimmy Brownlie,
anotó un gol a su colega Colin Hampton de Motherwell con un disparo desde más
de 50 metros, que, a su vez, a los pocos minutos sorprendió a Brownlie con un
tiro de larga distancia.
- El portero
gales de Woolwich Arsenal (ahora Arsenal hasta 1914) Leia Roose solía correr
por el campo, golpeando el balón al césped. Durante uno de los partidos, dos
dirigentes de la Asociación de Fútbol incluso abandonaron el estadio, cansados
de semejante espectáculo, ya que Roose pasó la mayor parte del partido con el
balón en las manos.
Hasta 1909, los
uniformes de los porteros no diferían en color del resto del equipo. Las
primeras diferencias son leggings, gorras y guantes de otro color.
Fue un error
arbitral en la temporada 1909/10 que provocó que los porteros llevaran camisetas
diferentes al resto del equipo.
Aunque se cree
que el primer partido bajo las nuevas reglas se jugó el 16 de agosto entre los
Rangers y Kilmarnock (3:0), pero en el sitio web del Sparta Praga en la imagen
de 1906 se puede ver que el portero está en una camiseta oscura y sus
compañeros van vestidos con uniformes a rayas.
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